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Biarritz como oportunidad

Que no den caza a las amadas ballenas; que no expulsen a más hermanos hondureños, mexicanos, guatemaltecos…; que no calienten más el clima; que no busquen sólo hacer grandes a sus países; que no piensen únicamente en sus exclusivos intereses y banderas, sino en la nueva, en la insustituible bandera que nos vincula a la entera humanidad...

Se reúnen muy cerca de nosotros/as, donde las olas rompen y estrellan un poco más arriba, donde la belleza del litoral se llega a engalanar de lujo y casino. Sin embargo el bingo de la importante reunión quizás no lo cantó el azar. La lista de peticiones es mucho más larga. Las haremos llegar, pero desnudas de rencor e ira. La cumbre de los más poderosos no es la de los más acorazados a positivas vibraciones. Todo el cemento del mundo no podría blindar Biarritz de los pensamientos altruistas que podemos hacer llegar a su Cumbre. No les confrontemos o lo que es lo mismo, no les reforcemos en sus posiciones más controvertidas. Los acontecimientos son un poco del color de los que los vestimos. El G7 en Biarritz no es necesariamente una suerte, pero tampoco una desgracia; es sobre todo una oportunidad.

Somos llamados a aprovechar cualquier oportunidad que se nos brinde para hacer progresar la luz. Aprovechemos la ocasión ya cercana. No lancemos piedras, sino esperanza. Contagiemos fe de que los pueblos se pueden relacionar de otra forma, de que el mundo se puede organizar en base al espíritu de colaborar y compartir; convencimiento de que la vida no perdurará en el futuro, si no caminamos con la Tierra.

Lo que lanzamos es lo que retorna. Aquello que combatimos es aquello a lo que damos nuestra fuerza. No estamos con las “contracumbresâ€, sino por unas cumbres cada vez más abiertas, más inclusivas, más permeables a las demandas ciudadanas y menos a los requerimientos de los poderosos. Las mentes aparentemente más herméticas, las almas más cerradas, son susceptibles de dejarse penetrar por una nueva conciencia más verde, más solidaria. Los mandatarios no son una suerte especial de humanos. No subestimemos el poder de nuestras mentes unidas tras un alto ideal. Más vigilias de oración, más meditaciones globales, más envío de discernimiento y claridad y menos objetos arrojadizos, menos batalla sobre el asfalto.

Las batallas no son para el verano, menos aún a la vera de semejante orilla. Biarritz no se merece batalla campal, entre otras razones porque la violencia y la batalla nunca desembocarán en el nuevo mundo. El otro mundo posible lo construye día a día, con cuidado, ingenio y compasión, la gran suma de buenas voluntades repartidas por toda la faz de la Tierra que no conoce frontera alguna. El otro mundo posible lo levantan quienes, colmados de contento y de futuro, tratan de superar el obsoleto paradigma de la confrontación y esbozan, cada quien en su lugar y circunstancias, renovada, creativa y emancipadora alternativa.


* Imagen del hotel en Biarritz, donde se desarrollará la cumbre.


Donostia 15 de Agosto de 2019

 
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